Dos minutos de odio, actividad promovida por el Partido Único
Oceanía es un estado totalitarista, organizado mediante instituciones denominadas ministerios y que emulan las que regularmente constituyen a los estados de la sociedad occidental, estos son, según el blog portaldelasculturas.wordpress.com, los siguientes:
- El Ministerio
del Amor (en neolengua Minimor) se ocupa de administrar los castigos y
la tortura.
- El Ministerio
de la Paz (Minipax) se encarga de asuntos relacionados con la guerra y
se esfuerza para lograr que la contienda sea permanente. Si hay guerra con
otros países, el país está en paz consigo mismo. (Hay menos revueltas
sociales cuando el odio y el miedo se pueden enfocar hacia fuera, como señala
la psicología social).
- El Ministerio
de la Abundancia (Minindancia) encargado de los asuntos relacionados
con la economía y de conseguir que la gente viva siempre al borde de la
subsistencia mediante un duro racionamiento.
- El Ministerio de la Verdad (Miniver) se dedica a manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado.
Territorios de las superpotencias en el mundo. |
La sociedad organiza a sus ciudadanos por medio de clases sociales:
-
Los miembros “externos” del Partido Único: todos
aquellos afiliados que no pertenecen a las altas esferas del mismo.
-
Los miembros dirigentes del Partido Único.
-
Los plebeyos: masa de gente marginada, atemorizada y en
una búsqueda diaria por sobrevivir.
“En Londres había mucha criminalidad, un mundo revuelto de ladrones,
bandidos, prostitutas, traficantes en drogas y maleantes de toda clase; pero
como sus actividades tenían lugar entre los mismos proles, daba igual que
existieran o no”.
Todo lo anterior era distribuido a través de medios de comunicación masiva los cuales inundaban cada uno de los espacios del individuo, eliminando la privacidad con el objetivo de inyectar una ideología en este, tal como lo afirma la Teoría de la Aguja Hipodérmica: mediante un mensaje que es recibido directamente y asumido en la conducta del individuo.
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